Se acerca el día del niño y esta es una típica pregunta que nos hacemos como padres o, a veces, nos llega de parte de un abuelo, amigo o tía. Lo cierto es que los chicos se apuran a decirnos que quieren, pero en caso que no puedan expresarlo, hay que agudizar mucho la observación: ¿qué le gusta? ¿que cosas no soporta? Estemos atentos a su comportamiento y como reacciona cada vez que le ofrecemos un espacio de juego.
Todas las pistas son buenas, pero si a pesar de observar es difícil saber cual es la mejor opción, probá con seguir estos pasos:
1 ¿qué gestos puede hacer fácilmente?
Por ejemplo, ¿puede tocar con la punta de los dedos los objetos que le interesan? Elegí un juguete que corresponda a este gesto y a su amplitud de movimientos. ¿Tiene fuerza para sostener un juguete en su mano? Si no puede hacerlo con facilidad, podés regalarle un juguete que le guste junto a una tira Eazy Hold para que pueda sostenerlo en su mano solo ¿Suele morder todo lo que tenga a mano? Si ese es el caso, algún mordillo colgante divertido puede ser una buena opción divertida.
2 buscá juegos que ofrezcan distintos niveles de complejidad
Esto permitirá adaptar el nivel de dificultad del juego a las necesidades de del niño/a con duración variable, sobre todo si tiene dificultades de concentración. Después, podés agregar una dificultad extra cuando veas que ya esta listo para avanzar una paso.
3 dale prioridad a juguetes que ofrezcan una manipulación simple
Gruesos mangos, piezas grandes e identificables y con una baja resistencia a la presión, para que el niño pueda usarlo fácilmente. Sin generalizar sobre el aspecto físico de un juego, para algunos niños será importante que el juguete sea pesado para que su anclaje delante de él sea sólido. Para otros niños, será preferible un juguete más liviano para que pueda manipularlo en todos los sentidos y experimentar.
4 optá por juguetes que involucren sentidos
Porque son nuestra ventana al mundo y son los primeros en darnos información sobre nuestro entorno más próximo. Y además porque solemos compensar la perdida de sensibilidad sensorial con la estimulación de otros sentidos: por ejemplo, la visión en caso de pérdida de audición, el tacto en caso de falta de visión, etc. Además, los niños no verbales suelen expresarse con gestos, emociones o sensaciones. Existe un lenguaje del cuerpo a explotar con juegos y juguetes ricos en estimulación sensorial.
5 tené siempre presente el respeto por el/a niño/a
Dentro de lo posible, regalá juegos y juguetes de acuerdo con su sensibilidad y su edad. No te tientes con regalar juegos de «bebe» porque tenès la sensación de que percibe poco su entorno. Sabés que ? comprende mucho mas de lo que imaginás ! Entonces intentá ver al niño antes que a la discapacidad, respetá su edad y elegí regalarle un juego acorde para que juntos puedan disfrutar de un momento único de juego compartido.