“La colonia es una iniciativa del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que invita a AMIA a sumarse. Participamos desde hace 15 años ya, con un grupo con personas mayores de 18 años con discapacidad intelectual y autoválidos. Porque el Parque Avellaneda es muy grande, hay que caminar, se hacen muchos juegos y deportes. Los servicios que se prestan son: transporte, desayuno, almuerzo y merienda, acompañamiento de profesores de educación física, de natación y todo es gratuito. AMIA inscribe y participa con un grupo, que tiene su propio transporte. Además cuenta con dos acompañantes especiales que se encargan de ayudar en lo que haga falta. Darles una mano en el vestuario, en las comidas Y observar que todo marche bien. También hacen alguna actividad alternativa para aquellos que no quieren entrar a la pileta e incluso hacer actividades plásticas en los momentos de descanso. Realmente está muy bien organizada. La gente se puede anotar llamando a AMIA, desde ahora mismo, al 4959-8817/8880 o por mail a discapacidad@amia.org.ar . Generalmente tenemos una entrevista previa para conocer a la persona y luego hay otra reunión antes del comienzo de la colonia en la que les explicamos a los padres cómo va a ser. Ellos, a su vez, también nos explican las costumbres de sus hijos y las situaciones a tener en cuenta, pero sobre todo evaluamos que sea el lugar adecuado para esa persona”, le dijo a Zona de Sentidos Ana Dorfman, licenciada en Trabajo Social y coordinadora del Área de Discapacidad del Departamento de Programas Sociales de AMIA hace más de 15 años.
¿Y cómo funciona?
Nos juntamos en Avenida Díaz Vélez, frente al Parque Centenario, a las 9.15 y regresamos al mismo lugar a las 17. No somos el único grupo de personas con discapacidad que asiste, de hecho se hacen juegos y actividades integradas con personas de otros centros y fundaciones. Hay grupos de personas con discapacidad intelectual, auditiva, no videntes. Con lo cual, la propuesta que hace la colonia apuntan a la integración. Por eso hay juegos y competencias en la pileta y fuera de ésta con los otros integrantes de la colonia. También hay niños convencionales de escuelas públicas de Capital Federal, con edad de primaria. La colonia funciona del 4 al 29 de enero.
¿Qué beneficios le brinda a una persona asistir a una colonia como esta?
Para muchas de las personas con discapacidad que asisten a un espacio como éste, estas son las únicas vacaciones que tienen, por decirlo de alguna forma. La única posibilidad de estar al aire libre, de disfrutar de la pileta y de estar con pares, lo que ayuda a enriquecer el núcleo de amistades. Porque la mayoría de personas con discapacidad asisten a un centro de día, a una fundación o a la actividad que hagan, pero siempre tienen el mismo grupo de amigos. Pero la colonia, como nuclea varias asociaciones, brinda la posibilidad de extender la red de sociabilización. También se forman parejitas e incluso se arman salidas por fuera de la colonia. Creemos que un espacio como éste fomenta la autodeterminación, el autovalimiento con los apoyos necesarios, porque los coordinadores están para ayudar en las cuestiones que ellos no puedan resolver solos. También se contemplan las dietas especiales que alguno pueda tener, ya sea baja en sodio o por celiaquía. A las personas que nunca asistieron se les entrega un formulario que deben llenar para entrar al Parque, con los datos de la persona y también un apto médico para todos, sin el cual no se puede participar.
En este caso te consulto no como responsable del grupo de AMIA, sino como profesional: ¿Qué le dirías a padres de niños/s menores a los que les da miedo enviar a sus hijos a una colonia?
Los chicos cuando están con pares realmente se divierten, la pasan lindo y los padres también, viendo que sus hijos se independizan y que pueden valerse por sí mismos, con las apoyos de los adultos correspondientes. Es una experiencia que vale la pena tener, tanto para los chicos como para los padres. Me gustaría aclarar que en las escuelas públicas comunes hay chicos integrados con alguna discapacidad. Por lo tanto, si bien AMIA no tiene grupos para estos niños con edad de primaria, sí se pueden integrar en otras instituciones que también reciben el apoyo del Gobierno de la Ciudad. La colonia cuenta con médicos constantemente. Los pesan, los miden y les hacen los controles correspondientes aprovechando que están en la colonia. Así, se hace un relevamiento y se notifica a los padres en caso de que hiciera falta. Estos estudios no tienen nada que ver con la discapacidad, sino con la talla y el peso. Ojalá se animen a conocer este ámbito. Estamos a disposición para evacuar cualquier duda que pueda surgir. ¡Los esperamos¡