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¡Feliz día Papás extraordinarios! | Red de Información nueva
enero 24, 2025
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¡Feliz día Papás extraordinarios!

Porque frecuentemente la sociedad pone valor en el rol de las madres y, sobre todo, en el de las mamás de chicos con discapacidad, queremos destacar y celebrar el Día de los Papás Extraordinarios. Porque ofrecen a sus hijos energía, dedicación, paciencia y principalmente mucho, mucho amor. El tercer domingo de junio se celebra el Día del Padre para honrar a esos hombres de gran corazón que brindan cariño y transmiten sus valores sin bajar los brazos ante las dificultades. E incluso sobreponiéndose a las mismas. Por eso, para homenajearlos como se merecen, desde Zona de Sentidos convocamos a tres padrazos como son Pablo Ibarra, padre de Trinidad; Fernando Diez Beltrán, papá de Sofía, y a Diego Navarro, papá de Juan Pedro, para que nos cuenten sus historias y cómo sienten su paternidad extraordinaria. Desde el momento en que se enteraron que las personas que más aman en el mundo tenían alguna complicación, hasta la forma que encontraron para llevar adelante esta situación de vida. 

“Ser padre de una niña con discapacidad no implica diferencia con cualquier otra persona que sea padre. Lo llevo con total normalidad. La diferencia es que estos chicos transmiten sentimientos distintos a los que uno está acostumbrado a tener. Por ejemplo, en nuestro caso, a vivir con mucha intensidad”, contó Pablo Ibarra, pareja de Cecilia y papá de Trinidad, una hermosa niña de cuatro años que tiene un síndrome genético sin un diagnóstico preciso todavía. Este abogado que habla pausado y transmite afecto en sus palabras debió dejar su Jujuy natal con su familia y radicarse en Capital Federal en busca de un mejor tratamiento. “Tener un diagnóstico preciso, a lo mejor, nos permitiría cerrar la enfermedad en sí. Aunque no va a cambiar nuestra forma de vida. Hay algunas familias a las que tener el nombre les ayuda. En nuestro caso es algo que está pendiente”, agregó este papá de 38 años.

Fernando y Sofia

Sofía tiene 5 años, llegó al mundo tempranamente y sus primeros pasos no fueron fáciles. “Ella nació prematura. Por eso, dentro de la gravedad que tenía, estábamos contentos porque la teníamos con nosotros. Luego vinieron muchos meses donde uno fue cayendo que las cosas venían con complicaciones. Pero no fue un momento particular. Tal vez el momento más duro fue cuando un médico nos dijo de todo, que toda iba a estar mal y en la práctica afortunadamente no fue así. Paulatinamente nos fuimos enterando, esa es la palabra. Así que la aceptación también fue paulatina”, contó Fernando, pareja de Daniela y papá además de Lucila y Clara. Una de las cosas que más le gusta compartir con su niña cuando vuelve del trabajo es la cercanía. “Un momento de diversión es cuando le acerco la cara y ella se ríe. Al llegar lo primero que hago es acercarme a ella y empieza a reírse. Ese es un lindo momento”.
“Soy padre de Juan Pedro (11), que tiene una discapacidad, y de Amparo (6), que felizmente no tiene ningún problema. Son dos situaciones bastante diferentes y no dejo de ser papá en ninguno de los dos casos. Pero en el caso de mi hijo, por la complicación que tiene, es una responsabilidad mayor puesto que no es autovalente”, mencionó Diego Navarro, marido de Andrea. Tal como pasó con Fernando y Pablo, fue asimilando la situación que le tocaba a su hijo con el paso del tiempo. “Primero tenía la esperanza de que las cosas se iban a ir mejorando cuando naciera, luego cuando recuperara la temperatura, cuando respirase por sus medios, cuando, cuando… pero la realidad nos mostró que iba a tener complicaciones. No hubo un mazazo producto de una noticia, sino que fue paulatino. En las visitas al neurólogo uno se terminó de dar cuenta que esto era un proceso para toda la vida y que nunca se podría abandonar esta tarea que tenemos entre manos”, continuó el papá de Juanpi, que no tiene un diagnóstico definido y nació con retraso madurativo y de crecimiento. 
“Es un nene tremendamente cariñoso, muy aferrado a sus rutinas y a su familia. Si bien no estoy todas las tardes con él, lo llevo a la escuela, lo atiendo a la noche, vamos a pasear, a hacer compras y eso le encanta. Me parte la cabeza cuando se caga de la risa y yo se lo hago a propósito. Le hago juegos de revolearlo, de apretujarle la cara, los cachetes y de zamarrearlo un poco. Ese tipo de sensaciones físicas le gustan mucho y cuando se ríe es impagable”, describió Diego, quien se desempeña como comerciante.   
Cada uno de ellos, con sus historias personales y familiares, demuestra que la paternidad es una tarea de tiempo completo. Más allá de sus profesiones. Por sus años de experiencia, de amor y de aprendizaje, le hicimos la misma pregunta a los tres en busca de sumar testimonios que pudieran servirles a otros padres. 
¿Qué les gustaría transmitir a un papá que recién inicia la paternidad de un niño con alguna discapacidad?
“Son distintos momentos los que uno va transitando cuando se entera que un hijo tiene una dificultad. Lo primero es la incertidumbre y querer ponerse en el lugar del niño. Cuando atravesamos situaciones muy críticas de Trinidad, vino una madre y me dijo que sabía lo que estábamos pasando. Ella me transmitió que de todo se sale. Y efectivamente se sale y se termina desarrollando una vida con normalidad. Mi hija está bien y está feliz porque nosotros la sentimos así. No sé cómo explicarlo, así que te doy un ejemplo. Los niños tienen una sensibilidad muy especial. Si viene un adulto y la ve a mi hija lo primero que te va a decir es ‘pobrecita’. Con un niño es distinto. Hay una señora que viene a casa y a veces lleva a la hija. Una de las últimas veces que vino, la nena la dibujó a Trini sonriendo. Esa sensación, esa percepción del niño, me demuestra que mi hija está feliz”, puntualizó Pablo Ibarra. 
“No quiero ser tan pedante de decir un consejo determinado. Sólo mencionar que es un camino que cada padre lo transita con mayor o menor dolor, alegría o esperanzas. O como quiera. Pero nunca perder de vista que es un niño que no tiene nuestros mismos parámetros de felicidad y de alegría. Por eso sería bueno manejarlo de la manera más cariñosa que se pueda”, subrayó Diego Navarro. 
“Hoy al mediodía me encontré con una persona que no conocía y que me preguntó justamente de este tema. Hay que vivir el momento, no hacer tantos planes futuros y disfrutar las pequeñas cositas. Tampoco esperar milagros ni soluciones mágicas, sino alegrarse por los avances que va teniendo. Todos los nenes van teniendo avances seguramente, así que hay que buscarlos. Algunos podrán ser más grandes y otros más chicos, pero eso es lo que hay que rescatar”, Concluyó Fernando Diez Beltrán. Felicidades!!!

Diego y Juanpi

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