Hay una delgada línea entre ser protector y ser sobreprotector. Es común que el miedo y la ansiedad por los desafíos cotidianos nos lleven a sobreproteger a nuestros hijos. Evitar patrones de crianza sobreprotectores puede ofrecerles espacios de mayor independencia.
Es natural querer proteger a nuestro hijo, especialmente si tiene algún tipo de discapacidad. Pero es demasiado fácil caer en la trampa de protegerlo demasiado. Sobreproteger puede sentirse bien al principio pero no le permitirá desarrollar las habilidades que necesita para ser independiente o experimentar la sensación de logro al trabajar para lograrlas.
La sobreprotección puede tomar muchas formas. Algunos padres pueden tratar de evitar cualquier problema antes de que surja, a otros les puede resultar fácil dejar pasar las pequeñas expectativas o hacer todo por su hijo y a veces, cuando los problemas de un niño incluyen conductas problemáticas, es posible que los padres no se sientan cómodos haciendo cumplir los límites.
Usar estrategias como estas de vez en cuando no significa que sea sobreprotector. Pero si se convierten en tus movimientos habituales pueden ser parte de un patrón de comportamiento sobreprotector. Aquí hay cinco pautas para ayudarlo a controlar estos impulsos naturales y ayudar a su hijo a aprender a tener éxito.
No tener miedo las primeras veces
Tu hijo probará muchas cosas nuevas, desde los primeros pasos hasta la primera cita romántica. Sus dificultades pueden hacer que estas primeras veces sean más difíciles de manejar, pero eso no significa que no debería intentarlo.
En lugar de alimentar sus temores, proponele estrategias para enfrentarlos. Por ejemplo, si te preocupa que tome el micro escolar solo, no le ofrezcas llevarlo en tu auto. En lugar de eso, preguntale si quiere que sigas el micro escolar en el auto para que ambos sepan que vos estas cerca si lo necesita.
Reconocer la ansiedad de todos
Toda situación que implique mayor independencia, nos genera ansiedad. Hablar sobre tus preocupaciones con él le ayuda a aceptar que está bien sentirse ansioso, pero que esto no lo debe detener. Hablá de lo que les produce ansiedad a cada uno. Luego piensen en maneras de resolver los problemas y creen un plan de contingencia. Permitir que tu hijo intente nuevas actividades le enseña que es capaz de hacer cosas que lo ponen nervioso, y que además demuestre que es capaz de hacerlas.
Establecer y mantener las expectativas
Si tu hijo es propenso enojarse podría ser más simple pasarlo por alto que hacer cumplir las reglas. Al establecer con claridad lo que esperás de él diariamente, le estás diciendo que tendrá que rendir cuenta de sus acciones y que vos creés que puede comportarse bien. También está sentando precedente para establecer reglas relacionadas con responsabilidades mayores, como tener un celular.
Considerá trabajar en reglas razonables con tu hijo para que él las incorpore. Luego, escribilas para que no haya dudas de cuáles son. Y cuando llegue el momento de tener un teléfono habrá sentado el precedente de tener un acuerdo por escrito.
Permitirle cometer errores
Cuando tu hijo está teniendo problemas con sus amigos, en la escuela o en su primer trabajo, podés estar tentada a intervenir, especialmente cuando sentís que lo que está sucediendo está relacionado con sus dificultades.
A menos que tu hijo esté en peligro o vaya a cometer un error del que no podrá recuperarse, es importante que te hagas a un lado. Permitirle que cometa errores no significa que lo estás programando para que fracase. Significa que estás preparándolo para que resuelva sus problemas por sí solo y aprenda a ser consciente de sus acciones.
Dejar de sentirse culpable
Muchos padres de niños con discapacidad pueden sentir culpa que puede llevar a que hagas por tus hijos más de lo que deberías. Y eso puede ocasionar que tu hijo se sienta diferente o que necesita ser protegido de las cosas que le resultan difíciles.
Liberarse del sentimiento de culpa es más que lograr sentirse mejor. Le da a tu hijo la oportunidad de descubrir las fortalezas que puede desarrollar a partir de aprender a dominar sus desafíos.
Enseñar a tu hijo las habilidades que necesita para ser independiente podría ser más difícil que hacer las cosas por él, pero vale la pena invertir el tiempo y la energía. Ser protector, pero no sobreprotector es la manera más efectiva de ayudar a tu hijo a aprender las habilidades y estrategias que necesita para sobrellevar situaciones difíciles todos los días.
Te acercamos este fragmento de una entrevista realizada a Pablo Pineda donde habla sobre la sobre protección. Imperdible.