abril 18, 2024
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“La música descifra y muestra cosas que en lo cotidiano uno no ve”

 

Ralf Niedenthal dirige el proyecto Todos Hacemos Música. Lo motoriza la posibilidad de ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad a través de la música.  Es licenciado en musicoterapia, tiene 31 años y estudió en la Universidad del Salvador (USAL). Cuando se egresó comenzó su experiencia como ayudante de cátedra y desde 2009 es profesor en la materia Técnicas instrumentales II. Estudió guitarra y piano y trabaja en el Centro C.A.M.I.N.O. Musicoterapia desde 2007, coordinando el departamento de musicoterapia adaptada. Participó de congresos nacionales e internacionales en China, Corea, Austria, Colombia y Estados Unidos y ha realizado diversos cursos de Neuromúsica. Su experiencia, ideas y forma de trabajo las comparte en esta nota con Zona de Sentidos, así como una invitación especial para el domingo en el Espacio Cultural Carlos Gardel.

¿Cuándo y dónde surgió el proyecto?

El proyecto de Todos Hacemos Música surgió en 2011. Yo trabajaba, y lo sigo haciendo, en el Centro C.A.M.I.N.O (Centro Argentino de Musicoterapia e Investigación en Neurodesarrollo y Obstetricia). De repente se me ocurrió que estaría bueno empezar a filmar a los chicos que estaba atendiendo para mostrarle realmente a la gente lo que saben hacer. Porque ese talento quedaba dentro de las cuatro paredes, en el consultorio nada más. Empecé a filmarlos a cada uno de ellos con una cámara, algo simple, inspirándome en el proyecto Playing For Change que ahora está justamente en Argentina. Después empecé a juntarlos a todos y se formaba un videoclip en el que todos tocaban una partecita.  Esta era básicamente la muestra de fin de año. Hasta que me di cuenta que sería bueno difundirlo un poco más porque a la gente le gustaba mucho. Así fue como armé un equipo con colegas, amigos y compañeros en el que cada uno tiene su función. Hay cineastas, otro es un productor musical, hay un director de orquesta y una jefa de producción. Todo ad honorem, disfrutándolo por supuesto y así surgieron los videos. El equipo se compone de 10 u 11 personas, porque nos vamos turnando. El editor de los subtítulos y créditos es Matías Federico, que es el hijo del director de Centro C.A.M.I.N.O y tiene parálisis cerebral. El se encarga, con sus pies y a través de un teclado adaptado, de manejar el mousse y ocuparse de todos los subtítulos de los videos que se pueden ver en Youtube.

¿Cómo utilizan los videos?

Al principio en la muestra de fin de año se pasaba un video, pero ahora como nos entusiasmamos y vamos adquiriendo un poco más de profesionalismo estamos haciendo dos videos por año. Tantos los padres como los chicos son conscientes de que estos se difunden y por supuesto que hay una parte legal en la que se lo avala. El principal objetivo de los videos es concientizar y mostrar que los chicos con discapacidad pueden hacer música, tanto como un montón de cosas más en lo cotidiano. La gente entonces se encuentra con videos musicales, con letra muy positiva, que muestra lo que realmente saben hacer los chicos y siempre hay un mensaje. El video anterior era el de la inclusión.

 ¿Cuál fue el primer video que hicieron?

Del primer video que hicimos me encargué yo con una cámara y uno lo puede buscar en Youtube, con el nombre todos hacemos música 2011 –  https://www.youtube.com/watch?v=1gFgKXZ1tEE . Tiene una calidad bastante baja, pero la intención estaba y se ve que cada uno toca un poquito. Esta también el de 2012 – https://www.youtube.com/watch?v=X39m8GiOgxo – y a partir de 2013 están los primeros invitados famosos que nos ayudaron a difundir el proyecto. Los que comenzaron fueron los chicos de Eruca Sativa, que eran nuestros conocidos, y luego Axel, el cantante: https://www.youtube.com/watch?v=d1_NzaGy6Lo De a poquito se fueron sumando. Guillermo Novellis de La Mosca, Javier Calamaro, el guitarrista Diego Mizrahi y en el próximo video que se va a estrenar en marzo está Adrián Barilari de Rata Blanca y Brenda, de Eruca Sativa. Y así se fueron agregando varios artistas que nos ayudaron muchísimo a difundir estos videos que de a poquito están viralizándose.

¿El proyecto apunta a incluir a todas las discapacidades o sólo las neurológicas?

En este momento, como arrancamos recién hace cuatro años y todavía se está formando todo esto, estamos trabajando con los pacientes del Centro C.A.M.I.N.O que son en su mayoría personas con trastornos neurológicos, con síndrome de down y con retraso madurativo leve. Por supuesto cada uno tiene sus potenciales y nosotros trabajamos sobre esto. Hacemos el rodaje durante todo un día y las canciones se van trabajando a largo de todo el año. Entonces uno trabaja motricidad fina, motricidad gruesa, que ahí está la terapia. También lo emocional, de poder llegar a tocar como una meta. Y bueno, a fin de año se van haciendo estos videos y vamos difundiéndolos.

¿Cuántos participantes tienen?     

Los que están participando son alrededor de 35 personas. En los videos iniciales estamos los integrantes de Todos Hacemos Música, pero la idea principal ahora es que los chicos sean los protagonistas. Nosotros dimos un paso al costado y trabajamos todo lo que es el detrás de cámara.

¿Qué rol cumple la familia en los encuentros y cuál podría desarrollar fuera de estos?

En el caso de musicoterapia hablamos de sesiones, porque el objetivo nuestro es la parte clínica. Nosotros enseñamos pero no es el fin. Por supuesto que en las sesiones los padres participan. Muchas veces son un soporte muy importante, de acompañarnos, de estar al lado e incluso de descifrar lo que quiere decir el chico si no puede hablar. Ellos nos simplifican mucho eso, porque no hay nadie que los conozca mejor que los padres. Participan mucho, como en el último video en el que están apoyándolos. Porque al principio se puede hacer difícil estar frente a tres cámaras, las luces y a la mirada de todos. Y que, entre comillas, tengas que tocar bien. Nosotros le damos mucha importancia también al error en la música.

Los padres el tratamiento no lo pueden continuar en la casa porque, justamente, no son terapeutas y también sería raro que un padre trabaje sobre eso ¿no? Lo que sí hacemos muchas veces es que lo que se trabajó en sesión se le comentamos a los padres para que puedan practicar determinada parte. Entonces el chico se compromete a practicar en la casa y los padres están ahí observando, siguiéndolo y viendo si está todo bien. Esa es una opción. Después nosotros podemos hacer derivaciones, podemos trabajar con otros profesionales que también acompañan al chico en la casa. Hacer trabajo interdisciplinario, hablar con ellos y recomendar que hagan determinada cosa. Es frecuente que se lleven la letra y la practiquen en casa, es un tratamiento que continúa, pero sin la intervención de los padres desde lo terapéutico.

¿Cómo es el proceso para aquel que quiere empezar?

El primer paso para aquel que quiera comenzar es musicoterapia. Pero debe tener ganas y la necesidad de empezar. Una vez que hacemos la entrevista inicial en Centro C.A.M.I.N.O observamos qué es lo mejor para el chico/a, joven o adulto. Hay personas que sí consideramos para el proyecto Todos Hacemos Música porque podemos trabajar ciertos objetivos que van dentro de este encuadre y hay otra opción en el Centro que es mucho más clínica, en la que se trabaja cosas completamente distintas con otros objetivos y prioridades. En la entrevista inicial vemos eso. Como condición primaria del aspecto cognitivo tiene que comprender ciertos aspectos musicales, pero siempre tomamos en cuenta el tema de los potenciales. Muchos chicos tienen potenciales de bailar, cantar o tocar un instrumento y eso es lo que consideramos.

¿Tiene algún costo?

Las sesiones de musicoterapia sí, pero lo cubre las obras sociales en caso de tener el certificado de discapacidad. Eso es importante aclararlo. Por otro lado, en todo lo que es el proyecto Todos Hacemos Música nosotros no cobramos. Estamos en vías de que sea una fundación y en ese momento aceptaremos bonos contribución. Que la gente nos ayude a difundir el proyecto y que en un futuro podamos donar instrumentos a escuelas y colegios que realmente los necesiten. O que se pueda pagar sesiones de musicoterapia a personas que no tienen una obra social y que lo necesitan verdaderamente.

¿Cuáles son los beneficios de esta terapia?

El primer paso es saber por qué asiste a musicoterapia. Se habla con los padres, con los profesionales que ya lo están atendiendo y se analizan los motivos. Algunos dicen que porque no se comunica con su entorno pero sí con la música, toca tales instrumentos y canta. Entonces cuenta con un potencial muy grande que podemos aprovechar para que la persona se pueda expresar. Esto pasa muchas veces. Se puede mejorar mucho la motricidad fina con los instrumentos, así como la motricidad gruesa en la caminata y el habla. La parte orofacial de lo que son los músculos de la cara. El hecho de cantar implica mejorar la postura y respirar mejor para poder sacar mejor la voz. También lo vincular trabajando en equipo con sesiones grupales. Siempre digo que cada persona, que cada paciente, es un mundo y nosotros a través de sus necesidades vamos trabajando y acomodándonos. Los beneficios son muchísimos, pero no podemos instalar los mismos beneficios para una persona que con otra.

“Arte para liberarte”, mencionaba Marta Minujín en uno de sus dichos populares. ¿Coincidís con esta faceta liberadora del arte, en este caso a través de la música?

Sin dudas. Todos los días lo veo en los chicos. Para mí es magia. Es algo mágico. La música descifra y muestra cosas que en lo cotidiano uno no ve. Hay muchos chicos que se transforman con la música, que se liberan, y ahí está la tarea de los musicoterapeutas de poder descifrar y trabajar con eso.

¿Alguna anécdota para contar?

Es muy interesante ver como los chicos se transforman frente a las cámaras. Me ha pasado de estar nervioso el día de la filmación por el tema de los horarios, de que esté todo bien y en eso viene un chico y me dice: ‘Ralf tranquilizate que yo me encargo de tocar, ya sé cómo hacer esto’. Tal vez ese chico, hace algunos años, te decía ‘no sé cómo tocar’. Y de repente ves como tiene la autoestima bien arriba y sabe cómo hacerlo. O incluso ver cómo los chicos se sorprenden cuando llega algún famoso. ‘Mirá llegó Javier Calamaro’, decían y se quedaban mirándolo como pensando hasta donde habían llegado. Anécdotas en los días de filmación hay un montón. Ahora en unos días sale el tráiler en Youtube del nuevo video que se llama Lo que sé hacer y ahí hay algunas anécdotas filmadas muy graciosas como para que la gente las pueda ver.

Y hablando de ver algo nuevo, ¿se podría invitar a la gente a la muestra de fin de año?

Por supuesto. Este domingo, 15 de noviembre, en el Espacio Cultural Carlos Gardel (Olleros 3640). La entrada es gratuita. De 15 a 17. Va a ser un evento hermoso. Tendremos bonos contribución para aquel que quiera y pueda aportar al proyecto, lo que nos ayudará muchísimo. En este concierto cada uno de los chicos que aparecen en los videos va a estar y tocará alguna canción que de las que aprendieron. En realidad tocar, cantar o bailar, cada uno de acuerdo a su potencial.  Es un evento muy lindo y emotivo porque uno sale del teatro feliz y conmovido de apreciar los logros de los chicos. Así que están todos invitados.

los integrantes de Todos Hacemos Música
los integrantes de Todos Hacemos Música

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